Francesco Castelli, llamado Francesco Borromini,[1] (Bissone, Suiza, 5 de setiembre de 1599 - Roma, 3 de agosto de 1667) fue un arquitecto ítalo-suizo, considerado uno de los máximos exponentes del barroco romano.
Nacimiento: | 5 de septiembre de 1599 Bissone (Suiza) |
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Fallecimiento: | 3 de agosto de 1667 Roma |
Ocupación: | arquitecto |
Nació en Bissone, cantón del Tesino (Suiza),[2] hijo del cantero Giovanni Domenico Castelli y de Anastasia Garovo. Inició su carrera ayudando en la cantera a su padre, pero pronto se trasladó a Milán para estudiar y perfeccionarse. Allí se lo empezó a llamar con el sobrenombre de Bessone, en alusión a su pueblo natal, ubicado cerca de Lugano, en la región de lengua italiana de Suiza. Francesco trabajó en las obras del "duomo", la catedral de Milán.
En 1619 llega a Roma, donde cambia su apellido de Castelli a Borromini, y comienza a trabajar para su pariente lejano, Carlo Maderno en las obras de
Borromini trabaja allí como asistente de Bernini, pero luego de unos pocos años se produce entre ambos una enemistad que duraría toda la vida.
Durante el pontificado de Inocencio X (1644-1655) , gana la confianza del Papa, lo que le permite desplazar a su eterno rival en el puesto de arquitecto principal de Roma. Sin embargo, con el siguiente Papa, Alejandro VII (1655-1657) nuevamente renace la estrella de Bernini, acrecentando el enfrentamiento entre ambos arquitectos. A partir de allí Borromini se dedica a completar los interiores de la iglesia de Sant'Ivo alla Sapienza, de la actual Universidad romana, y a los trabajos en San Juan de Letrán. Adicionalmente, completa el basamento de la fachada de su primera obra independiente, la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane en el Quirinal.
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